“Si no sales en el diario o en la tele no existes. No hay artista o político que no pose para una foto. Les encanta. Los pobres en cambio están cagados. No existen. Ahí es donde entramos a tallar nosotros. Policiales es el único lugar donde aparecen con foto, nombre y apellido. Las páginas policiales son como la vida social de los pobres. Se hacen famosos aunque sea por un día, los tratamos como estrellas. Recortan los artículos donde aparecen, hasta los enmarcan.”
Palabras del Jefe del Área de Policiales del Diario El Clamor

Alfonso Fernández, estudiante de periodismo, ingresa como practicante al Diario El Clamor. Van a ser 3 meses donde quizá pueda aprender mucho para su vida. Es asignado al área de policiales. El jefe de esta área es Saúl Faúndez, un tipo canchero, pendejo, jodido, una mierda andante.
Alfonso quiere ser escritor de novelas, su único interés en El Clamor es el certificado de prácticas. Al comienzo le va mal, un jefe como Faúndez no se admite actitudes de “chivo” como las que tiene Alfonso cuando ve sangre en los accidentes de tránsito o en los suicidios. Con el tiempo y las “sabias enseñanzas sobre los secretos de la profesión” que recibe, Alfonso comienza a cambiar y a mimetizarse en sus actitudes y vocabulario como su maestro Faúndez, al que idolatra.
Alfonso llega a consolidarse en la chamba y hasta gana un premio como escritor y obtiene una beca para irse a París. Alfonso se ha convertido en un canchero, pendejo, jodido, una mierda andante. Sin embargo, no todo es color azul ni verde. Faltando dos semanas para finalizar su convenio de prácticas ocurre un suceso inesperado que cambiará la vida tanto de Alfonso como de Faúndez.
Gianfranco Brero en el papel de Faúndez recibió hartos premios (incluidos el del Festival de La Habana, Festival de Cartagena y Festival de San Sebastián donde gano la concha de plata a mejor interpretación masculina). Giovanni Ciccia (Alfonso), Fele Martínez (Escalona) y Carlos Gassols (Van Gogh) completan el equipo de la sección de policiales de El Clamor. Otra buena película dirigida por Francisco Lombardi.
Escena para recordar: Faúndez comienza a enseñarle a escribir artículos a Alfonso
Faúndez: Quiero que el lector se meta, se identifique. Que esto le pudo pasar a él. Todos los días se muere alguien carajo, eso no es novedad. Tienes que hacer que ese muerto parezca el primero y para eso tienes que encontrar un ángulo diferente, personal.