En la India tenemos un proverbio “de la cola de un mono no hay que agarrarse”
Baddy (Pashu-Pathi Ganeshan) trabaja en la morgue. Se encarga de la limpieza luego de las autopsias que realizan los doctores. Baddy tiene una rara afición, le gusta llamar a las esposas de los recientemente fallecidos. Primero: Escoge de entre las tarjetas de identificación de los cadáveres, alguna que llame más su atención. Segundo: Busca en la guía telefónica el apellido y nombre. Tercero: Llama por teléfono y pregunta por la señora de la casa. Cuarto: Averigua con sus preguntas si ella sabe de la muerte del esposo, si desconoce, empieza a preguntarle si se siente sola, luego empieza a decirle cosas bonitas como buscando enamorarlas para finalmente invitarlas a salir.
La voz de Baddy es graciosa, las mujeres que reciben sus llamadas desconfían pero le siguen la corriente. Como divirtiéndose con el tipo detrás del teléfono. Se imaginan que deber ser un pata bien rayado. Contra todo pronóstico algunas ingenuas le paran bola y aceptan sus invitaciones. Lo que desconocen son las otras manías que tiene Baddy.
Sorprendente cortometraje de Rosario García-Montero. Baddy es un personaje que vive entre la fantasía y la realidad a cada momento, entre pelearse con el taxista o el desenchufar el torito eléctrico de un niño de la calle. Baddy busca el amor (en un momento piensa para si mismo y se dice: Para gustarme tienes primero que conocerme, para conocerme tienes que hablarme, entonces háblame), sin embargo su método es un tanto nada ortodoxo. Ojo con el original final de la historia.
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