El Bien Esquivo

(Dirigida por Augusto Tamayo – Perú 2001)

Una cosa es el error y otra la mentira. El error se corrige … nadie nace sabiendo. La mentira en cambio, se castiga.

Perú, año 1618. Un hombre llamado Jerónimo de Ávila (Diego Bertie), de origen mestizo, es decir, hijo de padre español con madre india; pretende poseer parte de la herencia de su padre ya fallecido, pero sus hermanos de madre al parecer española, lo llaman bastardo y no lo quieren en la familia. Jerónimo sabe que la única forma de demostrar que tiene un nombre y apellido es buscando unos papeles que demuestren que su padre estuvo casado con Francisca Chaupistana. Jerónimo lo que quiere finalmente es buscar y encontrar su posición en el mundo.

Inés Vargas de Carvajal (Jimena Lindo) es una monja cuya vida transcurre en el Convento de las Cayetanas. Realmente no le gusta eso de estar encerrada ahí. A ella lo que le gusta es escribir poemas de corte erótico que la llevan a mundos de placer que la hacen feliz. Mientras que nadie descubra lo que ella escribe por las noches, será feliz aunque sea cuando llegue las noches y escriba todo lo que escribe.

Un día Jerónimo mata a un hombre en una apuesta por la mujer de este último, las fuerzas del orden empiezan a perseguirlo y él logra treparse y esconderse en el Convento de las Cayetanas. Su camino se cruza con Inés Vargas. La vida les tiene planteado un nuevo futuro para ambos.

El Bien Esquivo es una cinta hecha para Diego Bertie, Tamayo da en el clavo al elegirlo como el actor principal. Sin duda el tiempo dirá que es uno de los actores más representativos del cine peruano de los 90 y los 2000. Otro motivo para ver “El Bien Esquivo” es observar en su última aparición en cine a Orlando Sacha, tan sensacional como en “Alias la Gringa”. Finalmente es la oportunidad de observar lugares del Perú como la Fortaleza del Real Felipe, el Convento de Santo Domingo, el Convento de San Francisco, la Huaca Huallamarca, la Laguna de Huacachina y Ticlio.