sábado, 29 de noviembre de 2008

El Acuarelista

(Dirigida por Daniel Ró – Perú 2008)


Yo quisiera ser
de tu vida encanto,
quisiera tener
de tus ojos llanto
y quisiera ver
de tu rostro siempre amor brotar
y con ese amor
hacer de mi vida
bálsamo ideal
que cure mi herida
para así vivir
toda una eternidad.

Tú me has de querer
porque yo en la noche
te vi en mis sueños;
yo habré de sentir
junto a ti mi vida
siempre latir;
yo sabré mentir por tu amor
y he de llorar y he de sufrir;
tú me has de querer
como nunca tú soñaste sentir.
Yo quisiera ver
cuando de mi amor
fueras prisionera,
quisiera saber
si presa de mí
no habrías de llorar,
no habrías de quererte fugar,
ni de añorar otro querer.
Tú me has de querer por tu amor
y por tenerme a mí.

Canción: Tú me has de querer
Interprete: Ignacio Villa


Ingmar Bergman en la película “Persona” nos muestra la relación que se establece entre una actriz que queda súbitamente muda en un escenario y la enfermera que se hace cargo de dicha mujer. Cuando la película empieza una serie de imágenes exageradas golpean nuestra vista, insectos, sangre, un niño, etc. El Acuarelista es la historia de un hombre soñador que se topa con personajes exagerados a la hora de querer realizar sus metas. La paradoja es que en la vida la mayor parte de personas son exageradas, sin embargo al ser los soñadores unos cuantos, estos son considerados “los verdaderos exagerados”.

El Sr. T (Miguel Iza) llega a una tienda especializada en venta de útiles y obras de arte hechas por manos inspiradoras. El vendedor (Ricardo Goldenberg) lo observa y analiza sus preguntas, da con la conclusión que el Sr. T es un artista, y no uno de esos aficionados que abundan por ahí. T compra unos tubos de acuarelas. Establece una amistad con el vendedor y comienza a frecuentarlo para contarle que está harto del horario de oficina, que piensa abandonar todo para dedicarse a su sueño de hacer la acuarela perfecta. El vendedor trata de aconsejarlo, decirle que dedicarse a la acuarela requiere mucha paciencia. T no puede más, renuncia a su trabajo, abandona la casa de sus padres, y con todos sus ahorros se va a vivir a un edificio antiguo para pintar su acuarela soñada.

El edificio es habitado por oscuros personajes, sacados de un relato de historia de cuentos de terror. La esposa (Ana Cecilia Natteri) del administrador es una vieja metiche aficionada a inmiscuirse en la vida de los demás. El administrador (Enrique Victoria) es un viejo que quiere realizar una obra en el edificio, supuestamente para la mejora del mismo. El vecino del frente (Enrico Rovegno) al departamento de T, es un deportista frustrado con una pinta enfermiza. Su vecina (Patricia Pereyra) del otro frente, es una mujer que es maltratada por su esposo. El esposo (Salvador del Solar) de la vecina quiere que T pinte un cuadro de su mujer en forma vertical. La vecina (Sofía Rocha) del piso de arriba, se encuentra con su amante de otro piso entre 4 y 6 de la tarde, para que nadie interrumpa sus sesiones amorosas, le inventa unas clases de arte a su pequeño hijo (Joaquín Escobar) con el Sr. T en dicho horario. Los otros vecinos si bien no interactúan con T, tienen rostros gordos y feos, sus ojos parecen desorbitados.

T es un tipo bueno. Sus vecinos lo agarran de punto para lograr sus ansiados propósitos personales, sin embargo él no se queja ni dice nada. Se deja aplastar por todos. Y todo ello le perjudica en la búsqueda de realizar y terminar su ansiada obra de arte. Conforme avanza la película, su cuadro avanza pero una y otra vez es arruinado por las distintas circunstancias que se le presentan con los vecinos. Es como que su renuncia a la empresa haya sido en vano, porque está en un edificio donde sólo cambian los personajes pero es como si continuara en una empresa donde tiene un jefe jodido (el administrador del edificio), la chupamedias (la esposa del administrador), el envidioso y vengativo (el deportista frustrado), el soplón (el niño de lentes que busca joder a T), los demás chupamedias (absolutamente todos los demás personajes).

Conoce a una chica (Sol Alba) que hace el reparto de los tubos de acuarela que necesita T para realizar su obra. Se siente atraído por esa joven mujer. T tiene un galanteo torpe con ella. Lo bueno de este asunto es que permite que T no renuncie a largarse del edificio, cosa que él ya estaba pensando. El amor a veces puede ser un buen motivo para enfrentar las dificultades. La convierte en la musa de sus sueños, y con el recuerdo de su rostro y su cuerpo hace varias pinturas.

Un día, que sus vecinos lo han jodido harto al pobre T. Este se encierra en el baño y sentado en la tina realiza la acuarela perfecta. En el cuadro se ve a su musa, a él y al deportista frustrado pintado hacia el lado izquierdo del cuadro. T entra en un profundo sueño, cuando despierta los vecinos han organizado todo un escándalo, quieren acabar con T, él está desesperado, piensa que es una pesadilla. Para colmo de males, logra escapar hacia su cuarto y encuentra a su musa esperándolo. Él le dice que deben huir y ella le dice que no. Ella le dice que él debe ahora dedicarse sólo a pintar acuarelas o murales y como tiene talento, se va hacer millonario, ella se encargará de administrar todo su dinero. T piensa que ella también lo quiere joder, que todos se han puesto en su contra, le tira una bofetada. T se ha dado cuenta que basta de seguir siendo el bueno de la película. Ella de lo molesta que se pone, busca el cuadro perfecto de T y se dirige a la ventana. T no puede impedir lo que ella va hacer. Qué ocurrirá después con T?.

A excepción de Vidas Paralelas y Pasajeros, estrenados este año 2008, las tres siguientes películas que se estrenaron llámese Dioses, Un Cuerpo Desnudo y El Acuarelista tienen un estilo y una temática que se sale del clásico cine peruano. En Dioses además de contarnos el tema poco explotado de la clase rica en el Perú, tiene una acertada musicalización y buena fotografía. Un Cuerpo Desnudo es la historia íntima de cuatro amigos contada como una pieza teatral de suspenso llevada al cine, también con una buena musicalización. Finalmente El Acuarelista pasa a convertirse en una alucinante propuesta existencialista para un público acostumbrado a ver Hollywood. La película es una obra artística del tipo impresionista por las sensaciones que nos produce verla, el color, la fotografía y los efectos especiales usando las acuarelas. La obra va a un ritmo lento, como el personaje interpretado por Miguel Iza (un actor excelente que es capaz de interpretar todo tipo de personajes). En El Acuarelista el tema de musicalización pudo hacerse mejor. Sólo gana puntos en dos escenas claves.

La primera cuando el niño perverso y lleno de frustraciones malogra uno de los primeros cuadros que pinta el Sr. T, en ese instante su madre hace el amor con otro vecino del edificio, al mismo tiempo T se da cuenta de todo lo que está aconteciendo en ese instante, al rato el niño empieza a pegarle al Sr. T, finalmente el niño se pone su inhalador para el asma. Termina la música y termina la escena. La música que acompaña la escena y el rostro de Miguel Iza reflejan la sensación de desesperación que está viviendo el personaje.

La segunda escena es cuando el Sr. T y su bella musa tienen una cena romántica en la casa de nuestro soñador. Ella se acerca a la paleta de acuarela y mancha sus dedos de colores, con los cuales luego hace pintas en su frente y debajo de su boca. T se acerca, ella le toma sus manos y las pone en la paleta, luego lleva los dedos de T hacia su cuerpo de ella para que continúe pintándola. Luego empiezan a besarse con ansias desmedidas. Toda la escena va acompañada del precioso bolero "Tú me has de querer" del cantante cubano Ignacio Villa "Bola de Nieve".

El Acuarelista es una obra que no busca un final feliz ni un final trágico. Para lograr nuestras metas, el camino no será fácil, habrán muchas piedras, pero tarde o temprano si las sabemos sortear lograremos nuestros propósitos. Si no lo sabemos sortear, quizá escogimos el camino incorrecto y debemos buscar otro. No importa la edad ni el tiempo, si no perseverar.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Un Cuerpo Desnudo

(Dirigida por Francisco Lombardi – Perú 2008)

Si tuviera que describir el cuerpo de esa mujer diría que tiene el labio inferior grueso, la nariz respingada, los senos de base ancha con la aureola marrón expandida, su derrier grueso y redondo, su piel suave, sus dedos pulgares del pie medios redondos y grandes. A esa belleza le agregas unos aretes y una fina cadenita alrededor del cuello. Ella es Mariana. No la puedo oler si no te diría que huele riquísimo, ese olor tan rico que se siente cuando después de hacer el amor, su olor de hembra queda impregnado en ti por horas y no haces más que pasar tu mano por tu nariz para sentir que es nuevamente tuya.

Una serie de muñecos aparecen en la pantalla, entre ellos destaca el de una muñeca con lentes que tiene un libro de Heidi en sus manos. Parece estar leyéndole el cuento a un muñeco bebé que está echado en su camita con su conejito marrón.

Un hombre viejo, al que llaman Capitán Burdeles (Gustavo Bueno) abre la puerta de la casa donde habitan las muñecas. Es una casa antigua de Lima, de esas que parecen haber quedado paradas en el tiempo y los dueños conservan sus muñecos, sus viejos sillones de los clásicos colores rojo y verde oscuro, sus fotos en blanco y negro, cuadros de pinturas de paisajes, espejos, adornos de porcelana estilo francés, cortinas por aquí y por allá, sillas antiguas de finales de 1800 y un teléfono de esos que había que girar el dial. Esa residencia, la usa el Capitán para realizar una reunión mensual con tres amigos. Juegan a las cartas y preparan pisco sour. Por eso al llegar a la casa, el Capitán trae bolsas con limones, hielo y cuatro botellas de pisco en sus distintas variedades acholado, quebranta, etc.

Un amigo del Capitán es Doctore (Gonzalo Torres), visitador médico que hizo un año de estudios generales en medicina y por eso tiene pretensiones de ser como un doctor. Doctore tiene un amor platónico y es feliz sólo con mirarla. Sus amigos piensan que es un cojudo porque no se la tira.

Otro amigo es Coraza (José Miguel Arbulú), es el más joven del grupo. Trabaja como cajero de ventanilla en un banco. Odia su trabajo, eso de contar tanto dinero para los bolsillos de otros. Coraza es un tipo extraño, siempre mira a todos como buscando una respuesta.

Finalmente está el Negro (Haysen Percovich) que junto con el Capitán Burdeles son los más pendejos del grupo. El negro se agarra buenas hembras por eso Burdeles se pregunta: Cómo una hembra tan rica puede tirar con un negro tan feo.

Llegan a la cita de costumbre, tanto Doctore como Coraza, sólo falta el Negro. Lo llaman a su celular y él les responde que está cagado. Lo buscan en un restaurante de Chorrillos y él les confiesa que saliendo de una parrillada se encontró con Mariana (Carla Vallenas), se le veía con un vestido tan rica que decidió llevarla al hostal para hacerle el amor, una media horita, por última vez. Sin embargo, ella le pidió cosas más serias cuando estaban en la cama, y él la golpeo en el cuello, dejándola desmayada. Él tiene miedo que le haya ocurrido algo serio a Mariana. Los cuatro amigos van al hostal a buscar a la muchacha. En el cuarto 204 un cuerpo desnudo los está esperando. Los amigos del negro la miran atentamente, la contemplan, se deleitan, esa mujer está bellísima, parece dormir, inclusive en un momento su cuerpo se sobresalta. Burdeles se jacta de conocer 17 tipos de senos, según él los de Mariana están ahí en una posición expectante. Solapadamente, Coraza agarra los zapatos de la muchacha y luego su ropa, sin que nadie se de cuenta empieza a olerlo. Disfruta de ese momento. Por su parte Doctore pretende examinarla como si fuera médico. A uno de los 4 se les ocurre que lo mejor sería llevarla a la casa de Burdeles, quizá ahí se reanime. Es mejor que esté en cualquier sitio menos en un hostal. Al llegar a casa, Doctore descubre que Mariana ha muerto. Y ahora que van hacer, el negro dice que él la dejo viva cuando salió del hostal, él no la mato. Doctore dice que hay que llamar a la policía. Burdeles dice que Doctore es un huevón. Coraza, solapadamente comienza a lamer el cuerpo de Mariana. A alguien de pronto se le ocurre apostar que él que pierde en el juego de las cartas, se las vera que hace con la muerta. Todos aceptan, algo está por ocurrir.

Francisco Lombardi nos invita a disfrutar de una cinta totalmente distinta del cine que nos tiene acostumbrado. En primer lugar la música tétrica se da sólo al inicio de la película, en la presentación de las muñecas de la casa donde juegan cartas los cuatro amigos. La música sólo aparece en tres escenas más, lo demás es lo que hablan los actores y los ruidos de la calle, nosotros presenciamos la conversación de cuatro amigos y es como si fuéramos el quinto amigo que al igual que Coraza solapadamente observamos y descubrimos el mundo interior de cada uno de los amigos reunidos. Burdeles que está enamorado de una puta y se siente débil por ese motivo, el Negro que aspira droga en el baño, Doctore que llora por todo y Coraza que en el baño no se sabe lo que hace pero luego de salir se huele los dedos índice y anular.

En segundo lugar escoge actores desconocidos para el cine pero conocidos por su actuación en televisión. Un acierto escoger a Percovich, cuando actuó en la miniserie “Misterio” estuvo sensacional. En esta película confirma lo buen actor que es, al igual que Gonzalo Torres. El actor que interpretaba al curita mañoson de la miniserie Pataclaun, nos entrega un inolvidable personaje soñador.
La revelación es Arbulú, al cual nunca lo había visto actuar. Nos sorprende gratamente.

En tercer y último lugar el final de la película para algunos no les puede gustar. Para otros, como yo, si me deja un buen sabor. La escena final estilo nueva ola francés donde uno le asigna el valor que le quiere dar al conjunto de la película. Una cinta hecha para usar el cerebro.

Siete Semillas

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