sábado, 28 de agosto de 2010

Contracorriente

(Dirigida por Javier Fuentes León – Perú 2010)
Uno tiene tres vidas: La vida pública, la vida privada y la vida secreta.
En todas han sido definitivas las mujeres.
Gabo

El mar es de un azul infinito. Miguel (Cristian Mercado) y su esposa Mariela (Tatiana Astengo) están esperando la llegada de su futuro bebé Miguelito. La vida en el pueblo costeño de Cabo Blanco es tranquila como su mar. En un pueblo pequeño, la gente se da tiempo para hablar del fotógrafo y pintor Santiago (Manolo Cardona) del cual dicen que es marica. Santiago va todos los veranos a Cabo Blanco para hacer sus misteriosas pinturas, las cuales la gente nunca ha visto, sólo lo ven tomar fotografías. A la gente del pueblo le gusta arrojar un huevo diario a su casa.

Hay algo que llama la atención, Miguel desaparece de su casa, siempre con alguna excusa de trabajo. La cámara lo sigue, se ha ido a una casa a medio construir, enladrillada no más. Va por entre los cuartos vacíos. De pronto llega a un cuarto, el más oscuro de todos, donde le está esperando Santiago, se besan y se acarician, conversan mientras van tomando su pisco. Son unos fanáticos del pisco porque a partir de esta escena siempre que los veamos juntos van a estar con su pisco en la mano. Siempre sus encuentros son a las espaldas del mundo, ahí donde nadie los ve ni los juzga, donde sienten que pueden hacer lo que quieran, amar, jugar, sentir, tocar, oler, mirar, charlar. Un día tienen una pelea, Santiago está harto de que Miguel finja que es muy macho ante el mundo. Ocurre algo totalmente inesperado y recién vamos por la media hora de la película, los espectadores hemos sido sorprendidos con una historia que el director la lleva al límite hasta el final, no dejando ni un momento de respiro para seguir disfrutando de una buena película. Cuando es el final de la cinta, observo a los de limpieza del cine y a las acomodadoras mirando atentamente la película delante de la puerta donde yo he ingresado, en ese momento salen las letras de los actores, director, productores, etc y se escucha la canción de Café Tacuba “Aunque no sea conmigo”. La gente sale del cine en silencio. La melodía sigue sonando hasta que uno se aleja de la sala.

Una vez más y hay que recalcarlo, para hacer una buena película o un buen libro o un buen poema o lo que sea, necesitamos inspiración, pasión y escoger bien al reparto y hasta a los secundarios. Mérito del director. Hacia tiempo que no se veía actuaciones sólidas, diálogos profundos, paisajes hermosos de nuestro querido Perú y finalmente historias distintas a las que nos pasan.

Aunque no sea conmigo (Cafe Tacuba con Celso Piña)

A placer, puedes tomarte el tiempo necesario
que por mi parte yo estare esperando
el día en que te decidas a volver y ser feliz como antes fuimos.

Se muy bien, que como yo estaras sufriendo a diario
la soledad de dos amantes que al dejarse
estan luchado cada quien por no encontrarse.

Y no es por eso, que haya dejado de quererte un solo día
que estoy contigo aunque estes lejos de mi vida
por tu felicidad a costa de la mía.

Pero si ahora tienes tan solo la mitad
del gran amor que aún te tengo
puedes jurar que al que te quiere lo bendigo
quiero que seas feliz
Aunque no sea conmigo.

sábado, 21 de agosto de 2010

La espera de Ryowa

(Dirigida por Cynthia Inamine / Raúl del Busto – Perú 2004)
Anoche un poquito ha llovido
En la mañana he hecho limpieza
En la tarde, como siempre he jugado “Go”
Hoy he ido a la casa de mi mejor amigo.


Ryowa tendrá una edad cercana a los 70 y tantos años. Barre el piso, toma el recogedor y ahí acumula la basura. Vuelve a barrer, esta vez en otro sector de la sala, repite el procedimiento anterior con el recogedor. Mientras barre, se escucha la melodiosa voz de su esposa Junko cantando una canción de Okinawa (en total durante la cinta va entonar “Chinnukuyushi”, “Oborozukiyo” y “”Natsuno Omoide”).

A Ryowa le gusta tomar el té frío. También escribir en su diario las cosas que le pasan y hacer un resumen del periódico japonés que le gusta leer. Al escribir se pone cómodo con sus pantuflas y a las 10:45 a.m.

Hoy es feriado
En la mañana, como siempre, he hecho limpieza
Después fuimos al bosque, había salido el sol, fuimos con toda la familia
He jugado con mis nietos y nietas
Ha sido un gran día


Ryowa alimenta los peces, cultiva las plantas. Contempla el árbol del cerezo con una atención extrema, las plantas simbolizan la vida y son de una belleza única. La vida transcurre al compás del viento, las estaciones pasan, Ryowa contempla el paso del tiempo y de la vida. Es feliz porque se sabe feliz, lejanos los días ya en que era profesor en su juventud y conoció a la joven Junko y determino que ella sería su esposa en el acto.

La cinta nos muestra el transcurrir de la vida de Ryowa, lo escuchamos hablar de su vida, contarnos lo que escribe en su diario, el día a día con Junko. La espera de Ryowa es la espera de la llegada del verano, de los colores que transformen el blanco y negro.

Siete Semillas

(Dirigida por Daniel Rodríguez Risco – Perú 2016) Ignacio (Carlos Alcántara) es el gerente general de una de las mejores empresas t...